Gracias a su patrimonio natural excepcional, Borgoña-Franco Condado constituye un destino predilecto para los amantes del turismo verde y los amantes de los paisajes preservados. Esta bella región campestre es conocida en el mundo entero por sus viñedos prestigiosos y su cocina genuina. Con sus apacibles boscajes, sus extensos viñedos, sus bosques misteriosos, sus macizos montañosos, sus cursos de agua, sus grandes lagos y sus innumerables estanques, seguro que le cautiva. Para desconectar, no hay nada mejor que una caminata por el Parque Natural Regional de los Balones de los Vosgos, el de Morvan o el de Alto Jura, un paseo romántico por la apacible meseta de los Mil Estanques o un paseo en bicicleta a lo largo de la apacible Vía Verde de Saona y Loira. Y para relajarse en un entorno natural y disfrutar de los placeres del agua, diríjase al lago de Les Settons (Nièvre), el lago de Saint-Point (Doubs) o los lagos de Chalain y Vouglans (Jura).
A estas riquezas naturales, hay que añadir un patrimonio arquitectónico de gran interés. Entre las ciudades histórico-artísticas con un patrimonio extraordinario, que dan testimonio del pasado glorioso de la región podemos citar a Dijon, con el palacio de los duques de Borgoña; Besançon, con la ciudadela Vauban; Auxerre, con su catedral gótica; Belfort, con su majestuoso León; Dole, con sus viejas casas; La Charité-sur-Loira, con su priorato cluniacense; Nevers, con su palacio ducal, o Montbéliard, con el castillo de los duques de Wurtemberg. También sobresalen los famosos Hospicios de Beaune; la magnífica basílica de Vézelay; la increíble construcción medieval de Guédelon; la salina real de Arc-y-Senans; el monte Beuvray, con su maravillosa panorámica y el museo de Bibracte; el yacimiento de Alésia, con sus vestigios galorromanos y su Muséo Parc. Y no se pueden olvidar las abadías de Cluny, Fontenay y Pontigny, ni los castillos de Ancy-le-Franc, Bazoches, Berzé-le-Châtel, Cormatin y Tanlay.
Borgoña-Franco Condado no solo es apreciada por los amantes de la naturaleza y los monumentos antiguos, sino que también hace las delicias de los gastrónomos y los amantes de los grandes vinos. Su gastronomía, auténtica y sabrosa, satisface los paladares, con especialidades y platos reputados como los famosos vinos de Borgoña y del Jura, el licor de grosellas, los quesos comté, époisses y cancoillotte, la salchicha de Morteau, los huevos en meurette (salsa de vino), el gallo con vino amarillo, la potée comtoise (guiso local) o el pan de especias.
Los fanáticos del rock, por su parte, no pueden perderse el famoso festival Eurockéennes de Belfort, que se celebra en julio a orillas del lago de Malsaucy.
Con un patrimonio rico y variado, Borgoña-Franco Condado cuenta con muchísimos atractivos para encantar a los visitantes.